«pintarse la cara, color JMV…»

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El Consejo de Zona de Cádiz, de la Sociedad de San Vicente de Paúl, se hizo presente en la Escuela de Formación que la Provincia de Sevilla de Juventudes Marianas Vicencianas organizó en el Centro Contigo de La Línea de la Concepción, los días 17/19 de marzo.

Más de un centenar de jóvenes, de esta querida «rama» de la Familia Vicenciana, compartieron inquietudes  en este encuentro anual formativo, donde todas y cada una de las realidades que seguimos las huellas de Vicente de Paúl, en el SERVICIO a los más Pobres, acudimos a la llamada de la Delegada Provincial, Sor Patricia, con la finalidad de compartir experiencias en nuestro caminar vicenciano y donde se puso de manifiesto el mismo lenguaje que tenemos todos tras la «herencia recibida» de manos del Sr. Vicente: los Pobres.

Para los que ya hemos pasado la barrera de los cuarenta… enriquece, y ayuda a vivir en esperanza, el saber que esta llama ardiente de la Caridad no va a apagarse nunca, pues existen muchos corazones jóvenes, en espíritu y en edad, que saben administrar los talentos que el «dueño de la mies» ha ido cultivando en cada uno de ellos y que yo tuve el gran honor de comprobar en persona…

Estuvimos compartiendo la jornada con toda la Familia: Misioneros Paúles, Hijas de la Caridad, AIC, Asociación de la Medalla Milagrosa, MISEVI y a todos se nos ofreció un espacio de tiempo donde mostrar quiénes somos, qué hacemos… y sobre todo, por qué llegué aquí, cómo y por medio de quién… No te asustes, querido amigo, quizás sean muchas preguntas pero todas y cada una de ellas con el mismo  enominador común: Ser Prójimo!!!

Buen sabor de boca me queda, personalmente, de este encuetro; Cuatrocientos Años de Carisma Vicenciano dan para mucho… «No tengáis miedo», hago mías estas palabras del querido y recordado Papa San Juan Pablo II, ATRÉVETE A SERVIR A CRISTO EN LOS MÁS POBRES, no pienses que vas a perder amigos, tiempo… al contrario: vas a ganar y, no te quepa duda: «Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí causa y del Evangelio, la salvará». Mc 8, 35.

Termino recordándote una cosa: «Nuestra herencia, son los pobres».

Francisco Holgado Ruiz

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