En la víspera de la Solemnidad de San Vicente se realizó una vigilia de oración en la Basílica de la Milagrosa, presidida por el párroco Padre Juan José González, con el propósito de honrar al Santo Fundador.
Siguiendo la propuesta de nuestro superior general, P. Tomaz Mavric CM, en la que propone “renovar y profundizar nuestra relación con los santos, los beatos y los siervos de Dios de la Familia vicenciana del mundo entero, como modelos de la vivencia del carisma vicenciano”, cada rama de la familia hizo una breve presentación de un santo o beato que deseaba dar a conocer. Fue una ceremonia sencilla, cercana y emotiva, en la que todos nos sentimos miembros de una gran familia: Voluntarias de la Caridad, Misioneros Paúles, Hijas de la Caridad, Sociedad de San Vicente de Paúl, Juventudes Marianas Vicencianas, y Asociación de la Medalla Milagrosa. Unidos en la fe y en la misión, rezamos juntos a San Vicente de Paúl para que, día a día, aumente nuestra fuerza y capacidad de amar y de ser fieles testigos de la palabra de Jesús con nuestras vidas.
Al día siguiente, 27 de septiembre, también en la Basílica, se ofició una preciosa celebración eucarística en honor a San Vicente de Paúl.
La Eucaristía, preparada por todas las ramas que conforman la coordinadora de la Familia Vicenciana de Madrid, fue presidida por Monseñor José Cobo, obispo auxiliar de Madrid, y concelebrada por un extenso grupo de misioneros paúles y algunos sacerdotes de la diócesis. También asistió Francisco Holgado Ruiz, diácono permanente y presidente del consejo de zona de la SSVP Cádiz.
Don José Cobo, buen conocedor del carisma vicenciano, puso de manifiesto en su homilía la actualidad del mensaje de San Vicente y su ejemplaridad en la vivencia de las Bienaventuranzas, concluyendo la celebración con un mensaje de aliento a todos los hermanos y hermanas vicentinas a no caer en el desánimo, ya que “aquí todos somos pobres, no podemos decir nosotros sí y ellos no. La vida sí merece la pena”, dando también las “gracias a aquellas personas que reciben una caricia del Señor a través de los vicencianos; de sus manos, de sus rostros, de sus corazones”.
Desde las Conferencias de San Vicente de Paúl queremos dar las gracias a todos aquellos que han formado parte de una ceremonia tan especial. A todos los que pudieron asistir y a todos los que se unieron en oración a la Familia Vicenciana en el día de la festividad del Santo de la Caridad, del Santo del carisma que nos une.