El almacén de alimentos sigue atendiendo a 300 familias sin recursos en Valladolid

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La SSVP en Valladolid está reforzando durante este tiempo el reparto de alimentos para las 300 familias sin recursos a las que atiende, cerca de 900 personas, que ven ahora agravada su situación por el confinamiento y la caída de la actividad laboral.

Ya hay un notable crecimiento de las solicitudes de ayuda (en más de un 15%) pero la mayoría de las personas atendidas son familias que ya estaban siendo atendidas por la SSVP, personas que ya tenían dificultades económicas, aunque, como manifiesta Sara Fernández, coordinadora de programas sociales de la SSVP en Valladolid, “el problema es que el coronavirus hará que muchas de estas situaciones se agraven y se prolonguen en el tiempo”,
Trabajo en red, juntos contra el Covid19

La SSVP ha intensificado sus programas de reparto de alimentos con más voluntarios ya que han concentrado esta actividad en dos semanas en lugar de realizarlo durante todo el mes (para minimizar la posibilidad de contagio), también ha intensificado las medidas de seguridad, a través del material obtenido por diversas vías. El Ayuntamiento nos ha provisto de guantes a través de la Federación de Vecinos. La iniciativa solidaria “Con cinco deditos” nos suministró masacarillas reutilizables. La Fundación FabLab de la Universidad nos aprovisionó de pantallas de acetato y la Gerencia de Servicios Sociales nos hizo entrega de doscientas mascarillas, guantes, botes de gel y gafas de protección, para desempeñar su labor con las máximas medidas de seguridad, ya que la SSVP está incluida en la red de protección de la Junta.

Adaptarse a la nueva realidad
«Durante todo este tiempo no se ha dejado a nadie sin atender», recuerda Sara Fernández. Cuando comenzó el estado de alarma había muchas familias a las que les tocaba el reparto de alimentos. “Tuvimos que contactar por teléfono con todas esas familias que estaban pendientes para hacerles su entrega”.

Javier Moratinos, que pertenece desde hace 6 años a nuestra entidad, manifiesta que «cuando comenzó el confinamiento tuvimos claro que no podíamos abandonar el reparto, dejar a tanta gente sin comer. Menos aún en unos momentos tan complicados».

Por el contrario, se ha tenido que suprimir de forma temporal el servicio de ropero, que recogía y repartía ropa entre las familias más necesitadas porque, por el momento, no se podían garantizar las condiciones de seguridad y control, ya que se podían donar prendas que hubieran estado en contacto con personas con coronavirus.

Fuente: elnortedecastilla.es

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