Durante estas últimas semanas de confinamiento y emergencia, la Conferencia de la Milagrosa de Orense se ha visto en la necesidad de adaptar su forma de trabajar a la nueva situación.
Por desgracia se han tenido que suspender los cursos de formación, las reuniones y festividades que esperábamos con ilusión y otras actividades que podían suponer riesgo de contagio para los usuarios. También hemos tenido que limitar el número de socios en activo, protegiendo a los consocios más mayores por el riesgo que supone para ellos salir de sus casas.
Más de 30 familias necesitan nuestro apoyo
Pero el reparto de alimentos, cada dos semanas, y el estar cerca de las 30 familias a las que ayudamos debe continuar, ahora más que nunca. Son familias que no pueden ir al supermercado todo lo que necesitarían, por mucho que los supermercados sigan abiertos, y son familias que tienen más riesgo de perder sus precarios o ilegales trabajos. También son personas que están más solas y desorientadas en esta situación, que necesitan más que nadie hablar, aunque sea por teléfono o con dos mesas inundadas de desinfectante de por medio.
Los repartos de alimentos quincenales los vamos a seguir realizando. En el último reparto hemos decidido llevar a domiciliolos lotes de alimentosa las familias que viven más lejos de nuestra sede, o que tienen muchos miembros. Les llevamos los alimentos en nuestra furgoneta hasta el portal de sus casas (donde siempre hay unos minutos de conversación y buenos deseos a distancia). El resto de las familias van a buscar los alimentos a nuestra sede, con el horario fijado para que no coincidan, y para que tengan unos minutos para contarnos sus inquietudes, y para que los socios les contemos las nuestras.
Colaboración y trabajo en red
Por otro lado, Cáritas Diocesana de Orense nos ha solicitado que llevemos alimentos a determinas familias que, en los primeros momentos de desconcierto y ante la nueva situación no podían atender. Lo estamos haciendo con alegría, lo importante es poder colaborar para el bien del hermano necesitado.
Una crisis sanitaria que trae consigo más pobreza
Nos preocupa mucho la situación de algunas familias que se encontraban en situaciones complicadas y han perdido sus trabajos precarios. Hemos comenzado a repartir alimentos a algunas familias que ya no los necesitaban. Las familias a las que atendemos son las primeras que sufren las crisis y las últimas que se recuperan.
¡Esperemos que San Vicente nos permita seguir haciendo nuestro trabajo!